miércoles, 8 de septiembre de 2010

Danzas provenientes del Hip-Hop ayudan a moldear el cuerpo en forma entretenida...

Además del graffiti, los disc jockey y el rap, la cultura callejera del Hip-Hop contiene al B-boying o breakdance, baile característico de los hiphoperos y que hoy es enseñado en algunos gimnasios, pues además de lograr una buena contracción muscular, es considerada una manera atractiva de ejercitarse.




Frente a la imagen de un joven vestido con pantalones que le llegan más abajo de las caderas, zapatillas anchas, pelo desgarbado y “caminar musical” debido a los pasos que van acompañados de canciones que riman todo el tiempo, se ha creado cierto prejuicio. Se trata de los amantes del Hip-Hop, cultura callejera que hoy es adoptada en gimnasios para dar énfasis en una de las cuatro ramas que lo componen: el baile.



El B-boying o breakdance es el baile característico de los seguidores del Hip-Hop, donde las acrobacias, giros, contorsiones, movimientos quebradizos y electrificados son la tónica en la danza. Este estilo nació a mediados de los años sesenta con el ‘good foot’, movimiento que surge a raíz de una grabación realizada por James Brown llamada de la misma forma y que dio paso a lo que luego se masificaría – en el caso de Chile - hace 20 años atrás.



Si bien no todos los movimientos son parte del curriculum, lo cierto es que algunos gimnasios han adoptado la enseñanza del B-boying, lo que para sus profesores es una forma entretenida de enseñar un poco más acerca de este baile, el que sin duda trae consigo muchos beneficios para el cuerpo.



Claudio Flores Oyarce es uno de los precursores del breakdance en Chile. El instructor de Gimnasio Sésamo cuenta que en nuestro país, la experiencia ha ido formando a quienes hoy imparten clases en estos centros y que para perfeccionar conocimientos técnicos y de prevención de lesiones, el apoyo de profesores de educación física es fundamental en pro de un mejor desarrollo en la enseñanza.



El acercamiento a este baile callejero potencia todo el cuerpo y según el estilo que se practique, el beneficio puede ser mejor. Así, el profesor comenta que por ejemplo, el electric boogie o popping – ondulaciones de todo el cuerpo – “contrae y fortalece todos los músculos, ya que se supone que simulas el paso de corriente eléctrica mientras estás bailando y para lograr un buen efecto visual, tienes que golpear con los músculos, tensarlos y coordinarlos”, sentencia.




Algunos de los movimientos del breakdance más conocidos son el power move, donde el bailarín gira en el piso de cabeza, de espalda, hombros, etcétera.

El top rocking o up rock, que incluye brincos y movimientos de brazos simulando una pelea callejera.



Y el popping o electric boogie, movimientos ondulantes que simulan el paso de corriente eléctrica, una marioneta o un robot.



Otro de los movimientos característicos del breakdance son las acrobacias, las que se consiguen con bastante ejercitación. Claudio afirma que este tipo de actividad “es como practicar artes marciales o gimnasia olímpica, pero incorporando el baile y la música”, ésta última un elemento de suma importancia para esta disciplina, pues es una de las bases del B-boying y que según Flores, carecer de ella convertiría a esta técnica en algo parecido a la gimnasia, quitándole todo el swing que la caracteriza.



Otro de los beneficios que entrega este baile es la tonificación. Al respecto, el instructor manifiesta que para aquellas personas que no han hecho nunca deporte, este tipo de movimientos es muy bueno y si bien lograr algunos ejercicios en el suelo será más difícil que para alguien que ya esté en entrenamiento, sí podrá en base a la práctica, formar el cuerpo, “poniéndose más liviano”, como describe Flores. “Por lógica, empiezas a bajar grasa, fortalecer y embellecer el cuerpo, tornándolo de a poco en algo más atlético”, menciona.



A pesar de ser una práctica considerada nueva, el breakdance tiene una cantidad considerable de adherentes, entre los que no sólo se cuentan asiduos al Hip-Hop, sino que también personas de todas las edades. “Este baile es para todos; es deporte y danza”, destaca Flores y prosigue diciendo que al aprender breakdance, “puedes dominar cualquier otro baile porque aquí tienes que estar consciente de todo tu cuerpo. Además, potencia la coordinación de las articulaciones, quema grasa, ayuda a botar estrés, aprendes de disciplina y del sentido del ritmo”, explica.



Con respecto a este tema, el instructor hace hincapié en que los límites para practicar esta danza los establecerá el propio cuerpo, “obviamente gente de setenta años no podrá hacer giros de cabeza en el suelo, pero sí pueden bailar funky que es la raíz de todos estos movimientos. El estilo lo escoges tú dependiendo de la capacidad de tu físico”, concluye.



“Un buen bailarín debe tener una buena condición física”

Aldo Solano Díaz también es instructor de este baile. Al contrario de Claudio Flores Oyarce, el profesor del gimnasio Pionono menciona que el B-boying puede ser practicado “ojalá por gente joven que tenga un buen estado físico”, pues para poder llegar a ser un bailarín completo en esta disciplina, “debes hacer de todo un poco”.



A las posibles lesiones que puedan ocurrir, sobre todo en las acrobacias o power moves, Aldo comenta que como en cualquier clase de baile, lo recomendable es siempre realizar un trabajo articular y muscular previo, para así poder “preparar el cuerpo para la carga que recibirá”.



El profesor afirma que las contraindicaciones para bailar breakdance dependerán del tipo de movimientos que la persona quiera practicar. Así, “si tienes problemas a la espalda, no es adecuado que realices power moves, ya que como se trata de saltos y giros de cabeza, entre otros, entregan una carga fuerte a la espalda”.



Por último, Solano recomienda que si se tienen problemas a las rodillas, se debe tener cuidado, ya que hay algunos movimientos que pueden ser “algo dañinos después de hacerlos por un tiempo prolongado”.

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